Está helado hoy. Bien frío. No como otras veces pero la punta de mis dedos se siente distinto. Escribo con guantes, de esos sin dedos que venden en la calle. Están motudos, pienso. Miro mi taza, voy a poner la tetera para tomar un té. En el Itunes suena Fernando Milagros, y en mi cabeza...


Ok, no es que sea el gran cambio, pero a mi me sirve: dejo tierragramas, se borra asi suazzz!, desaparece. Desde ahora me acerco a un espacio que comienza desde cero (suena tan cabrón decir "empezar desde cero", como si fuera retroceder o caerse al mar o perderse en un hoyo con monstruos o algo así). No tengo libro (pero sí un blog) es un blogspot hermano de tierragramas, pero el hermano mayor. Es decir, igual me da lata decir tantas cosas y ser rimbombante en exceso, tirarle flores a algo tan banal (Sobre todo si después no se cumplen expectativas), pero en serio, siento que acá el orden será algo primordial. Orden en el sentido estricto de publicación y dedicación. Incluso en ámbitos de imagen. No sé si se entiende. Conservaré la temática tierragramística. Sigue siendo un blog de relatos, pero aparte de sentirme más confiado de publicar ciertas cosas, hay un deseo de dejar algunas historias atrás. Por obligación, por capricho, por la gripe porcina si se quiere... Además, dicen que cambiar de orden sirve para despejar la cabeza. Bueno, esto fue una minga chilota: el blog fue transportado. Tan sólo que no crucé el mar, sino un par de direcciones.

Nuevos aires. Si yo me despejo se despejan mis relatos, mi entusiasmo, y ya basta, no? que ya fue suficiente de palabreríos tembleques. Por ahora es todo. En una semana una nueva historia de ficción.

Bienvenidos!